sábado, 1 de enero de 2011

ACUARELA DE MINDELO

CESÁRIA

Hasta bien entrada en la cuarentena, esta chatita gordita, casi tan alta como ancha, cantaba en bares de medio pelo de Mindelo, su puerto natal. Un día, un productor francés la escuchó y la invitó a grabar en su estudio. Con su voz aterciopelada y su encanto natural se hizo famosa como „la diva de los pies descalzos“. Veinte años después, Cesária Évora es una celebridad internacional con giras desde California hasta Shanghái pasando por Caracas y Bucarest. Si algo la limita actualmente, son solo las consecuencias de décadas de abuso de alcohol y tabaco. Ya no toma, pero no ha podido dejar de fumar, a pesar de la prohibición médica. Cuando las temperaturas lo permiten, en los escenarios prefiere siempre cantar sin zapatos. Por su carácter campechano y su voluntad de ayudar a todo el que se lo pide, es una de las personas más populares y queridas en su país, Cabo Verde. Su casa en Mindelo no tiene vigilancia particular. Basta tener un poco de suerte para encontrarla. Después de tres intentos fallidos en el transcurso de un año – la señora andaba de gira o estaba indispuesta – por fin logro reunirme con ella un sábado por la tarde. Me acompañan Yellow y Christopher, paisanos lejanamente emparentados con la artista. Lo único que nos pide Cize, como la llaman sus amigos y parientes, es que no la entrevistemos. Siempre la había visto con pelo corto en fotos y reportajes y me llama la atención su actual peinado de trenzas africanas que le llegan hasta la cintura. Nos hace pasar a su salón, me enseña orgullosa los innumerables premios que ha recibido – Grammy incluido. Le digo las pocas palabras que sé decir en su lengua, kriolu, y me da la impresión de que el gesto es bien recibido pues manda llamar a su „empregada“, un muchacho enjuto pintado de rubio que según me cuentan es su sobrino, para que nos sirva pontche de limao, un delicioso licor de melaza macerado con cortezas de limón, que degustado en tan ilustre compañía sabe aún más rico. Usted no bebe, Cize? le pregunto. No, me lo ha prohibido el médico, responde dándole una pitada profunda a su cigarrillo.

Para oír "Bia de Lulucha", uno de los primeros grandes éxitos de Cize, seguir el enlace o copiar y pegar:

http://www.youtube.com/watch?v=QqEovTkgTvM

YELLOW

Su nombre oficial es José Morais pero así no lo conoce nadie. De un antepasado inglés heredó los cabellos claros que motivaron que desde joven lo llamaran „yellow man“ o simplemente Yellow. Con su estatura y corpulencia de armario, deslumbró en un santiamén a la guapa Susana, que ya tenía dos hijos de uniones anteriores. Luego vino Christopher, primer hijo de Yellow y tercero de Susana. Fue la madre de Yellow, una encantadora morena setentona, la que me llevó al bar-domicilio de la pareja. Chocamos en la puerta del supermercado Fragata y sus compras se le cayeron al suelo. Recogimos todo juntos y así entablamos conversación. Ven a que conozcas el bar de mi hijo, me invitó solícita, queda aquí cerca. Así llegué al bar Susana del que me convertí en visitante asiduo. Cuando vi que el supuesto hijo era un tipo „gringo“ pensé que no le había entendido bien a la señora. Más adelante me enteré de que los genes anglófilos venían por el lado paterno. Y que a Yellow no le gustaba darle dinero a su madre, pues la señora es miembro de una iglesia medio sectaria y su hijo teme que gran parte de su ayuda vaya a parar en las manos de sus sufridos y codiciosos pastores. Esta confidencia me la hizo Yellow después de la visita a Cesária Évora, mientras caminábamos a la fiesta de despedida de su amigo Debis.

CHRISTOPHER

Es el primer hijo de Yellow y tercero de Susana. Nació un 28 de noviembre y por lo tanto su fiesta de „guarda-cabeça“ se celebró el 5 de diciembre siguiente. Yo justo estaba en Mindelo y al pasar como de costumbre a marcar tarjeta en el bar Susana, me di con las buenas noticias del nacimiento de Christopher y de que esa misma tarde se celebraría su „guarda-cabeça“. Según la tradición mindelense, una semana después del nacimiento se reúnen los familiares y amigos para comer, beber y cantarle canciones al recién nacido, augurándole así una vida larga y feliz. Para tan importante ocasión, Susana y Yellow tiraron la casa por la ventana. No solo el bar sino también los espacios privados estaban repletos de gente. Al parecer, algunos de los asistentes no habían sido invitados pues oí cómo Yellow los expulsaba del bar a gritos. Volví a ver a Christopher un año después, en vísperas de su primer cumpleaños. Tenía mucha curiosidad por ver si el pequeño calificaría para el mismo apodo que su padre, pero los genes africanos son más fuertes que los ingleses y Christopher tiene los ojos grandes de su madre pero de un color tal vez más claro. Su tez es canela, sus cabellos totalmente prietos. Vamos a ver cómo cambia en los años que vienen.

DEBIS

Su nombre oficial es Eduardo, pero como buen caboverdiano no lo usa, todos lo llaman Debis. Tiene la cabeza rapada, una barriga incipiente y brazos corpulentos. No se parece en absoluto a sus otros hermanos Beri y Waldir. Debis emigró a Francia hace unos ocho años, trabaja como electricista y está muy feliz de vivir cerca de París. La fiesta, a la que Yellow ha tenido la gentileza de llevarme, es para despedirse Debis de sus parientes y amigos después de pasar sus vacaciones en Cabo Verde. Su familia le ha prestado la azotea de su casa en el céntrico barrio de Madeiralzinho. Debis tiene un hermano músico y rastafari, Beri, que es muy amigo de Yellow y Susana, de allí también la invitación. Antes de ingresar al edificio donde se celebra la fiesta, vamos Beri, Yellow y yo a comprar cervezas en un supermercado para contribuir a la causa. Subiendo a la azotea pasamos por la improvisada cocina donde Pomba, también hermano de Debis, está dando los últimos toques a una suculenta pasta que huele delicioso.

POMBA

Hermano de Debis. El apodo de Pomba, paloma en portugués, resulta irónico al ver a un tremendo moreno de por lo menos metro noventa de estatura y cien kilos de peso. Le pregunto ¿sabes que dicen que quien es bueno en la cocina lo es también en la cama? Se ríe Pomba, se ríen también los que lo circundan. Me sirvo un plato de esa pasta que huele tan rico y sabe todavía mejor bajo el cielo estrellado de Mindelo.

WALDIR

Es el hermano menor de Debis, Beri y Pomba, más menudo también de físico. Me comentan que tiene problemas de salud mental, sufre de esquizofrenia y no debe tomar alcohol porque se vuelve autodestructivo. La gruesa cicatriz que luce en el cuello, al lado de la manzana de Adán, proviene de su último intento de degollarse. Procuro mantener una prudente distancia de Waldir, quien a pesar de las recomendaciones ya ha tomado más de cuatro cervezas.

CHARO

Llegó a esta isla semi-desértica como cooperante española y me dice que no piensa ni remotamente volver a vivir en la península que la vio nacer. Ni siquiera una vez que cerraron la casa-proyecto para niños de la calle, donde trabajaba. Simplemente les cortaron el presupuesto desde Madrid y la contraparte local los puso de patitas en la rúa. Charo es bajita, flaca, muy menuda, pero lo que le falta de corpulencia le sobra en fuerza de voluntad. Contra viento y marea está tratando de conseguir un sustituto para el apoyo que recibían de España y retomar su proyecto socio-educativo. Tiene dos hijos adultos en España, que la visitan cada vez que pueden, lo que no es muy frecuente dada la crisis ibérica. Conoció a Mario, su actual pareja, en Cabo Verde y se les ve muy compenetrados. Ha asumido como hija a su otrora protegida Maria da Graça.

MARIO

Nació en Angola de padres caboverdianos cuando Portugal era la metrópolis de ambos territorios y se llevaba mano de obra barata de una región a otra del imperio verdirrojo. Por su mayor afinidad cultural con Lisboa, los „berdianos“ mulatos asumían con frecuencia posiciones superiores o de funcionarios públicos en las otras colonias africanas. Habiendo pasado sus primeros años como uno de los favorecidos de la sociedad colonial angoleña, cuál no sería su pasmo ante los primeros síntomas de racismo contra los mestizos, una vez consolidada la independencia de Portugal. Tan difíciles se volvieron las cosas en Angola que su familia entera se repatrió a la flamante República de Cabo Verde. Ahí encontró trabajo como tripulante en la línea de barco que une Mindelo con la vecina isla de Santo Antao. En uno de sus viajes le sonrió muy amable una mujer española que viajaba a Porto Novo para pasar el fin de semana lejos del bullicio de Mindelo.

GRACE JONES

No recuerda si alguna vez conoció a su padre o a su madre. Como adolescente conflictiva recogida en la calle, Maria da Graça llegó a la casa-proyecto de la cooperación española en Mindelo. Después de arduas disputas y gracias a la paciencia y constancia de Charo, Grace Jones, como la apodaron por su afición a no llevar el cabello nunca más largo que cinco milímetros, pasó a integrar el equipo directivo de la casa. Desde que les cerraron el financiamiento y se quedó sin techo, vive en casa de Charo. A la despedida de Debis fueron los tres juntos, Charo, Mario y Grace Jones. Apenas Yellow la vio en la azotea, me dirigió una mirada muy diciente y a la primera canción bailable que puso el DJ, la sacó a bailar a la „chica Bond“ de Cabo Verde.

2 comentarios:

  1. Querido Sergio:

    Tu texto sobre Cesária Évora tendría que estar también en algún meriódico internacional. Es claro, agradable y emotivo. Literatura y periodismo. Gracias!

    MCL

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  2. Muchas gracias, su mercedita siempre tan amable. ;)

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