martes, 30 de abril de 2013

EL POLVO DE YOANI

La celebérrima bloguera cubana Yoani Sánchez visitó recientemente mi Lima natal y escribió un breve artículo plasmando sus impresiones de ese primer encuentro con el Pacífico. El artículo se titula Lima y el polvo. Por lo visto, lo que más impresión le causó a la ilustre residente-disidente del regimen castrista es aquella capa dorada que cubre por igual nuestros carros y caras, cebiches y piscos sour, frutas selváticas y pieles multicolores.

Me parece sumamente interesante leer las impresiones que viajeros se llevan de esa ciudad neblinosa en la que ya no vivo desde hace más de veinticinco años. Sobre todo cuando esas impresiones vienen de gente dotada de capacidad de observación para detalles y curiosidades. Al final de cuentas me parece que Lima no le gustó mucho a la valiente Yoani. Pero no te preocupes, chica, no por ser limeño mazamorrero me voy a quedar resentido contigo, para nada.

Al contrario, me ha divertido mucho que, como caribeña, nuestro Pacífico te haya parecido demasiado tonificante y bravo. Recuerdo claramente que en diversas ocasiones, en el Mediterráneo en marzo o en el Báltico en junio, mi amigo Marcelo y yo – curtidos en mares de 16 a 18 grados – éramos los únicos valientes (léase: locos) que entrábamos al agua. Para el resto, alguno que otro caribeño por ejemplo, estaba demasiado fría: preferían temperaturas como las de sus Antillas natales.

Volviendo al polvo, déjame que te cuente, habanera, que nuestra Lima se encuentra en medio de uno de los desiertos más secos del mundo, de allí que nos sople polvo desde todas las direcciones, sin mencionar la contaminación debida a los vehículos precolombinos que atosigan jirones y avenidas. Por eso no es difícil que mi ciudad, aquella de la cara inenarrable que tú dices, te adelante en vida aquello en lo que nos convertiremos todos finalmente: polvo, polvo y más polvo.

Interesante también tu concepto, Yoani, de adjudicarle a cada ciudad un rostro, una personalidad. ¿Así que mi Lima tiene la cara de una muchacha cobriza reservada, por sus raíces andinas, pero también con poderes curativos? ¡No está mal, eh! Pero ojo con los nombres correctos de los distritos: aquel pujante barrio del sur que conociste no es "la villa" El Salvador -nombre que tal vez recogiste en Argentina- sino el distrito de Villa El Salvador, ese es su nombre oficial y sería bueno que lo pongas así en tus escritos. No querrás que un día, desde La Habana, escribamos de la Vieja de la Habana refiriéndonos a la Vieja Habana, ¿verdad?

Me ha gustado mucho la metáfora de la multitud de Limas superpuestas, Yoani. Te doy toda la razón. Son varias decenas de ciudades y pueblos que por la explosión demográfica han venido a pertenecer a ese cuerpo adolescente demasiado crecido para sus propias ropas que es la Gran Lima o Lima Metropolitana. Mis hermanas mayores me contaban de chacras que bordeaban la Avenida Arequipa a mediados de los cincuenta, algo inimaginable para mí en los ochenta de la Lima desbordada. 

¿A lo mejor tuviste ocasión de subirte a la nueva red del Metropolitano o al Metro? Obras de infraestructura que tendrían que haberse hecho hace una treintena de años, por lo menos. ¿Y -aparte del cebiche con polvo- no mencionas nada de la gastronomía? ¿A lo mejor no te pareció gran cosa? ¿O te habrán atosigado mis compatriotas con la manía de nuevos ricos de estar hablando todo el santo día de las maravillas de nuestra cocina y aquellos restaurantes a los que no debes dejar de ir?

No puedo ocultar cierta risita socarrona al leer comentarios de lectores peruanos que no se ven reflejados en tu artículo, Yoani, como si ese hubiera sido tu propósito. Se quejan de que no hables nada del crecimiento económico, disfrazado en el sutil "grúas levantando edificios por todos lados" o del boom de la cocina, de las letras o de otros aportes a la cultura universal.

Tranquila, chica, los peruanos que tenemos la suerte de ver el cuadro desde fuera, con algo más de distancia, te acompañamos en tu asombro por el polvo y a lo sumo nos gustaría completar el retrato que pintas de esa mucha Lima con los gentilicios africana/morena y asiática/oriental. De hecho, pertenecientes a dichas minorías se sintieron ignorados por tu breve relato. En fin, que no era tu intención darle gusto a todos, ¿cierto, Yoani?

2 comentarios:

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  2. Cosa mas grande la vida chica ! Como decía el mítico tres patines. En cierto modo Lima "la horrible" sera siendo Lima aunque se vista de seda. Somos polvo y en polvo nos convertiremos, quizá rememorando aquella frase de pascuas o tal vez, porque de algún modo hemos sido llamados terrícolas. A mí no me gusta como está Lima, pero así como en esa ciudad y las otras ciudades que he visitado a lo largo de mi vida, siempre he comentado lo mas valioso y positivo de dicha ciudad, su gente y sus costumbres. Lo demás no cabe tiempo y no es necesario. Al final todos somos habitantes de este planeta que es uno solo y que tiene de ying y yang (o de inga y mandinga). "Polvo eres y en polvo te convertirás, y entre polvo y polvo, ¡que bien te ... " Angelo M.

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